YO SOY DEL BARRIO
Recuerdo como si fuera ayer el día que mi familia y yo nos mudamos a la Urb Mariscal Cáceres en el distrito de San Juan de Lurigancho en 1987. Era un lugar muy humilde, pero lleno de vida y buena energía. Conocí a muchos amigos con los que compartíamos juegos de pelota, guerritas con piedras y cualquier cosa que nos distrajera en aquellos tiempos.
Casi todos estudiamos en el Colegio Nacional Antonia Moreno de Cáceres, un lugar que no tenía muros (literalmente, todos se escapaban a mitad de las clases) y aulas de esteras en su mayoría. No había carpetas suficientes, y los que llegábamos últimos nos sentábamos en un ladrillo. Pero en 1992, durante el gobierno de Alberto Fujimori, nuestro colegio de esteras se transformó en un edificio de cemento de tres pisos. ¡Fué un cambio increíble!
En la secundaria, compartimos fiestas y distracciones con los amigos del barrio. Algunos se fueron a buscar oportunidades en otros distritos, mientras que otros nos quedamos un poco más. Yo viví ahí hasta 2004, cuando me mudé por trabajo a otros distritos como Jesús María, Rímac y finalmente Surco. Incluso pasé un año en Chincha (esa es otra historia para otro ingreso del blog).
Pero la vida me llevó de regreso al distrito, y ahora trabajo como docente de ciencias de la comunicación en una corporación educativa. Y tuve la oportunidad de regresar al barrio, donde encontré a muchos viejos amigos que aún viven ahí. Crecieron ahí, estudiaron ahí, trabajan ahí, se casaron ahí y tienen sus familias ahí.
Quiero decirles que vivir ahí no es algo malo. De hecho, la mejor parte de mi vida la pasé en ese barrio. Pero creo que podemos superarnos y lograr nuestras metas, sin importar nuestra situación o realidad. Todos en ese barrio tuvimos las mismas oportunidades de estudiar y avanzar en la vida, pero algunos se conformaron y se quedaron en lo mismo.
Si estás leyendo esto y te sientes sin oportunidades, quiero decirte que es posible salir adelante. Si yo pude lograr algo mejor para mí, tú también puedes hacerlo. Solo debes proponértelo y no rendirte hasta lograrlo. Todo es posible.
Hola, gracias por compartir tu historia de vida, no sabía que había vivido en Mariscal Cáceres, yo tambien soy de por ahí. Saludos!
ResponderEliminar